A pesar de que son dos pequeños porciones de comida muy parecidas, las diferencias entre pinchos y tapas han sido un constate debate dentro de la comunidad gastronómica, pero distinguir entre ambas preparaciones es más fácil de lo que parece.
La diferencia más significativa es que una tapa siempre se va a servir en un plato y se van a necesitar cubiertos a la hora de comerla; mientras que los pinchos se preparan sobre una rebanada de pan o alguna otra base comestible a la que se le colocan más ingredientes que se sujetan con un palillo o “pincho”, por lo que no se necesitan tenedores o cucharas para comerlos.
Estos dos aperitivos tuvieron sus primeras apariciones en los bares españoles, en donde se ofrecían como cortesías antes del plato fuerte y para acompañar las bebidas de los comensales.