Todos buscamos tener una piel sana, luminosa y de aspecto joven, pues es bien sabido que una piel sana es el reflejo de una mente y cuerpo sanos. Muchas veces esperamos que los productos que compramos y usamos dentro de nuestra rutina de cuidado facial hagan milagros de la noche a la mañana, pero no sólo con productos es posible lograr los resultados esperados, ya que la apariencia de nuestra piel depende totalmente de su estado desde el interior, pero ¿cómo podemos lograrlo?
Protector solar diario: no es ningún secreto que el aplicar diario protector solar por la mañana (y retocarlo cada 3-4 horas durante el día) nos ayuda a prevenir el daño solar causado por los rayos UVA y UVB, así como quemaduras, cáncer, manchas y envejecimiento prematuro. Es recomendable utilizar un protector solar mínimo con un SPF 15; recuerda que es el último paso de tu rutina, después de tu crema hidratante y antes de aplicar el maquillaje.
Haz ejercicio para liberar toxinas: hacer ejercicio de manera regular ayudará a que tu piel se nutra con oxígeno y al sudar, elimines las toxinas que tu cuerpo no necesita. Además, hacer ejercicio te ayuda a liberar el estrés, mejorar tu estado de ánimo y a mejorar considerablemente tu salud.
Come una dieta nutritiva y rica en antioxidantes: para tener una piel linda es esencial alimentar adecuadamente a nuestro cuerpo. Incluye en tu dieta frutas, verduras, carnes blancas (en lugar de rojas) y alimentos ricos en antioxidantes como moras, brócoli, uvas, zanahorias, tomates, té verde… Evita comer mucha azúcar, ya que podrías descomponer y dañar los niveles de colágeno en la piel, causando flacidez con el paso del tiempo.
Evita los malos hábitos: fumar y tomar alcohol en exceso no le aportan nada positivo a la piel, al contrario, son factores que la envejecen con mayor velocidad, la secan y la dejan sin brillo, pues contienen sustancias que destruyen a elastina y el colágeno que nuestra piel contiene.
Bebe agua: la deshidratación no ayuda para nada a nuestra piel, ya que nuestro cuerpo está conformado por un 65% de agua, es por eso que es importante tomar agua a lo largo del día y mantenernos bien hidratados.
Limpia tu cara: la limpieza de nuestro rostro por la mañana y sobre todo por la noche, es de suma importancia, pues ayudamos a eliminar todo tipo de contaminantes y suciedad acumulados a lo largo de nuestra jornada. No olvides desmaquillarte muy bien antes de lavar tu cara e irte a la cama, ya que de lo contrario no tendrás una oxigenación correcta, ni regeneración de la dermis.
Duerme lo suficiente: la piel se regenera mientras dormirnos, por lo que es de gran importancia dormir alrededor de 7 a 8 horas diarias para evitar que la piel luzca pálida y comience a envejecer más rápido. Si no descansas de manera adecuada, tu cutis lo resentirá.
Visita a un especialista o dermatólogo: es recomendado ir al dermatólogo cada 4 o 6 meses para limpiezas faciales o tratamientos especiales. No te dejes influenciar completamente por lo que lees en internet, es mejor que un especialista te revise y te recomiende productos adecuados para tu tipo de piel y sus necesidades.
Ya lo sabes, no existen secretos o productos milagrosos; una piel bonita y saludable comienza por el cuidado de nuestro organismo.