Querido Miedo:
Debemos seguir caminos distintos, es hora de que hagas tus maletas y te marches de mi vida, ya no te quiero más conmigo, nuestra relación llegó a un punto en el que no me dejabas hacer absolutamente nada, y yo era muy dependiente de ti para hacer algo por mí.
Tenía miedo de lo que podría pasar si te enterabas que estaba haciendo algo que tú considerarías “arriesgado”, y es que por salud mental y amor propio, he decidido invitarte a salir de mi vida.
Necesito llenarme de historias y anécdotas, no deseo ver mi vida pasar a través de una ventana. Quiero hacer cosas grandes sin estar pendiente de ti. Quiero poder sentirme bien por haber intentado y no pensar en el “qué hubiera pasado.”
Te escribo porque debes saber que por mucho tiempo me has hecho mucho daño, que en tu afán de protegerme me hiciste cautiva de ti, me quitaste autonomía y confianza en mí misma.
Entendí que de ser por ti, yo estaría siempre en posición fetal preguntándome cómo sería tener una experiencia. Entendí que tu idea de cuidar no es más que una creencia de que yo estoy haciendo mal las cosas y que debo parar.
Deseo que te marches de mi vida, tus maletas ya están hechas, no quiero quedarme sólo en pensamientos o sueños, quiero atreverme, quiero gozar a plenitud del tiempo que tengo de vida.
Sé que me queda aún mucho por vivir, por experimentar, y no deseo que tú estés ahí para impedírmelo y mucho menos hacerme sentir que estoy equivocada por tan sólo desearlo.
Pasé de pensar en posibilidades imposibles y en los no es para mí; pero, querido miedo, quiero que sepas que no te odio, simplemente ya no te deseo en mi vida.
Querido miedo, has estado conmigo por mucho tiempo, y ya es momento de ponerle fin a nuestra relación, porque es muy paralizadora y limitante, por ti dejé de pensar en cosas que sabía podía hacer, por ti callé muchas cosas y hasta llegué a justificar tu existencia en mi vida.
Contigo tuve límites y dudas, pero ¡no más! Apareció en mi vida la confianza y me marcho con ella de una vez por todas.
Querido miedo, TERMINAMOS.