El marido llega a casa con un gran arañazo en el cuello que le hizo su amante en el momento de euforia. Abre la puerta, y tan pronto entra, le suelta una patada al gato; con el ruido, la esposa se despierta y le pregunta:
-¿Qué te ha pasado, mi amor?
– ¡Este maldito gato me arañó!
A lo que le contesta la mujer:
– ¡¡¡Dale bien fuerte, cariño; que a mí me ha mordido las nalgas y me hizo un chupetón en el pecho!!!
Moraleja: Aunque te creas muy listo, tu mujer te lleva años de ventaja.