El amor se fue y regresó con nuevos ojos, con nuevas manos.
El amor se fue y regresó con una voz que no reconocía, con un corazón que no esperaba.
Sí, el amor se fue, pero cuando regresó no pude hacer más que perdonar pues era más hermoso de lo que jamás hubiera imaginado, más grande de lo que esperaba.
Verás, cuando el amor se fue no me pidió que lo siguiera pero yo insistí; traté con cada hueso de mi cuerpo de convencerlo de que yo me merecía ese amor, de que yo era capaz de hacerlo durar.
Vestí mis palabras en poesía de seda, traté de hacer que se quedara con palabras y alabanzas.
Supliqué por amor como un mendigo nostálgico que sólo pide volver a casa, pero, aun así el amor se fue. Se resbaló entre mis dedos.
Por un tiempo no escuché nada del amor, me sentí como una prisionera en su propio silencio. ¿Cómo pudo olvidar?, ¿cómo pudo pasar por alto todas las cosas que me prometió? Todas las cosas que yo sentía en el centro de mi corazón
Yo estaba enojada con el amor, y aun así buscaba sus ojos en cada multitud. Yo todavía buscaba escuchar su voz en cada persona que conocía.
Cuando el amor por fin volvió yo no lo acepté. Reconocí con cada centímetro de mi alama un amor que tenía una forma diferente. Un amor que tenía una voz más suave.
Buscaba el amor que me había dejado, buscaba las mismas manos, los mimos defectos, lo que yo conocí por tanto tiempo. Ese era el amor que yo quería, pero ese no era el amor que me encontró, ese no fue el amor que se quedó.
Por fuera, este amor tenía una piel más amable. Me sostuvo de manera diferente, me besó diferente.
El amor tenía una visión diversa, se reía de cosas de las que aquel amor usualmente no se reía.
Lloraba, cuando el amor no solía llorar.
El amor cambió. Era diferente y al mismo tiempo era exactamente el mismo. Era todo lo que jamás había buscado y al mismo tiempo todo lo que siempre había necesitado.
El amor se fue, sí, pero se fue por una intención, se fue por un propósito. Se fue para crecer, para transformarse en lo que yo realmente necesitaba.
El amor se fue y regresó diferente. Regreso más audaz, más fuerte, y puede que se vaya de nuevo, pero yo siempre confiaré en que el amor va a volver porque el amor siempre tiene un as bajo la manga, siempre enraíza un significado a cada partida
Confía en mí cuando digo que no importa cuánto tarde, el amor siempre vuelve.
Ya sea que se vea igual o que se sienta igual, el amor siempre vuelve. Ya sea que tenga o no el mismo nombre o viva en el mismo lugar, o se exprese de la misma manera, siempre vuelve.
El amor nunca se va para siempre. El amor siempre vuelve.