La luna es mágica y poderosa, y sobretodo es un recordatorio de que el cambio no es algo que hay que temer, sino más bien abrazar y sacar el mayor provecho posible de ello.
Te explicamos qué representa cada una de sus fases para que puedas usarlas a tu favor y obtener mejores resultados en tus deseos o propósitos.
Luna nueva: representa el inicio de una nueva etapa y nuevos comienzos, por lo que es el momento indicado para establecer una intención, anhelo o deseo que quieras lograr manifestar. Es el mejor periodo para acumular energía.
Cuarto creciente: representa el crecimiento y la regeneración, es favorable para incorporar cambios en viejos hábitos, modos de pensar, actuar y sentir. Es una excelente fase para la productividad y el desarrollo.
Creciente: representa la paciencia y la armonía. Es muy favorable para revisar cuál será la intención de nuestros propósitos mediante la creatividad, el compromiso y las acciones que llevamos a cabo.
Luna llena: durante esta fase sentirás la necesidad de expandirte social y mentalmente. Se comienza a notar los resultados de lo que sembramos y cuidamos con amor y dedicación. Representa claridad y culminación.
Menguante: esta fase es la indicada para la reflexión de los proyectos y acciones emprendidas. Representa la cosecha y la celebración de los primeros frutos, es importante practicar la gratitud.
Cuarto menguante: representa la limpieza y selección, es favorable para recargarse y prepararse espiritualmente para la transformación, así como para dejar ir lo que ya no necesitas en tu vida.
Creciente menguante: representa el descanso. Es favorable para tomar una pausa, agradecer y luego hacer frente a los cambios y transformación.