¿Coincidencia, casualidad o qué?
Hoy, platicando con una amiga, me he dado cuenta de algunas cosas que he cambiado, entre ellas, que ya a mi edad, estar chismeando de otras personas me hace sentir incómoda, además, de pensar que así como yo lo hago, de seguro las demás hablan de mí, mejor lo evito y decidimos pasar una tarde de café platicando de cosas que nos dejan una enseñanza y no generamos karma.
Mi amiga me preguntó, ¿tú crees en las coincidencias? Y mi respuesta inmediata fue ¡No, no existen! y me dijo pero ¿por qué?, he vivido muchas cosas que según yo, han sido coincidencias y tú me sales con que no existen!!!
Yo le dije: Todo en esta vida ocurre porque así debe de ser, ocurren en el lugar exacto y en el momento exacto, nada es casualidad. El Universo, Dios, la vida o como tú le quieras llamar, nos pone una meta a la cual tenemos que llegar de un modo u otro, y nosotros de acuerdo a nuestro libre albedrío, decidimos cómo llegar a esa meta, es decir, decidimos cuál de todos los caminos que llegan a la misma meta tomamos, uno nos llevará más tiempo, por otro llegaremos con mayores dificultades, otro será fácil y otro nos llevará más rápido, pero todos nos llevarán al mismo fin, y de acuerdo al camino que decidamos se nos presentarán ciertos obstáculos, conoceremos a algunas personas que nos ayudarán a avanzar con rapidez o bien tratarán de frenar nuestro paso. Habrá ocasiones en las que no entendamos ciertas cosas que impiden nuestro andar, pero debemos de detenernos y pensar, ¿qué tenemos que aprender de esa situación?, ya que todas las situaciones que se nos presentan en la vida nos dejan una lección y si la aprendemos, cuando se nos vuelva a presentar, sabremos resolverla más rápido y con mayor facilidad, eso es experiencia.
En el libro de nuestra vida, está trazado nuestro destino, pero nosotros lo vamos forjando, nosotros vamos decidiendo por dónde, cuándo, con quién y cómo llegamos al final de este juego que es la vida, tenemos guías que nos van señalando, nos van mostrando por dónde ir, pero muchas veces estamos tan ocupados en cosas mínimas, sin importancia, que no vemos esas señales, y por lo tanto escogemos el camino más largo, más sinuoso, con más obstáculos y llegar a la meta, a veces nos parece imposible. Claro que llegaremos a ella, pero a algunos les será más fácil y a otros más difícil, todo es porque así lo decidimos cada uno de nosotros. Nada es coincidencia ni casualidad, todo es justo lo que necesitamos para aprender y crecer.