Siesta relámpago (10 a 20 minutos): este tipo de siesta es ideal para mejorar la memoria y obtener un impulso de energía y concentración. Esta corta duración de sueño te mantiene en un sueño poco profundo, lo cual hará que sea más fácil y rápido volver a la realidad y tus actividades una vez que despiertes.
Siesta sólida (30 minutos): este tipo de siesta puede compensar el malestar producido por pasar una mala noche de sueño o dormir muy poco. Por lo general, después de media hora de sueño, alcanzamos la etapa II del sueño, en la cual entramos a una fase de sueño profundo, por lo que, no prolongar la siesta más de 30 minutos ayudará a evitar que tengas una sensación de aturdimiento.
Siesta completa (60 minutos): es el mejor tipo de siesta para recordar datos, caras y nombres, e incluso ayuda a sentir rejuvenecimiento y estar en un estado de alerta hasta 10 horas después de haber despertado. Sin embargo, durante este tiempo se puede llegar a niveles profundo de sueño, así que lo más seguro es que te levantes con una sensación de atontamiento o cansancio.
Siesta reparadora (90 minutos): es la reina de las siestas porque en hora y media lograrás completar un ciclo de sueño, lo cual ayudará a despejar tu mente, aumentará tu creatividad, y te sentirás descansada y lista para continuar con tus actividades.