El agua de rosas es uno de los ingredientes que ha sido utilizado desde los tiempos de nuestras abuelas, uno de los secretos de belleza que se ha transmitido de generación en generación para tener un cutis suave y terso.
De acuerdo con estudios dermatológicos, sus propiedades naturales ayudan a reafirmar la piel, acelera el proceso de cicatrización, ayuda como calmante, antiinflamatorio y astringente, es por esto y más razones que el agua de rosas es uno de los ingredientes estrellas de tónicos, cremas y productos cosméticos.
Algunos de los usos que le puedes dar son:
Como tónico: el uso más conocido y el más recomendado para pieles sensibles. Se debe aplicar después de la limpieza y antes de la crema; sirve para equilibrar el pH y aportar una apariencia más luminosa y saludable.
Para controlar el acné: sus propiedades antibacterianas lo hace un increíble aliado para las pieles con tendencia acneica.
Como fijador de maquillaje: mezclando 3 partes de agua de rosas y una parte de glicerina obtendrás un excelente fijador de maquillaje que te ayudará a mantenerlo intacto.
Para refrescar e hidratar la piel: el agua de rosas aporta frescura e hidratación a la piel, por lo que podrás usarla en cualquier momento del día, sobre todo si pasas mucho tiempo en ambientes resecos por calefacción o aire acondicionado, o simplemente cuando sientas la piel apagada y tirante.
Para reducir bolsas y ojeras: si buscas acabar con la mirada cansada, guarda tu agua de rosas en el refrigerador y aplícala por las noches durante unos minutos sobre tus ojos con la ayuda de algodón.
Para hidratar el pelo: para conseguir una hidratación extra en tu cabello, puedes agregar una cucharada de agua de rosas a tu shampoo o acondicionador y comenzarás a notar la diferencia en tu melena.